Un destacado militar reconocido por todos
tomó el camino del mal y se volvió un homicida.

Sodomita perverso
y amante de los niños.
Violaba y mataba
por pura diversión.

El sufrimiento le produce una erección,
su cuerpo tiembla de excitación.
Su miembro frota con devoción
hasta lograr la eyaculación.

Su depravación no tenía par:
prolongaba la agonía
haciendo cortes en el cuello.
La muerte era lenta y dolorosa.
Su depravación no tenía par:
prolongaba la agonía.
Haciendo cortes en el cuello
desangraba niños.

Necrofilia infantil? cuerpos abiertos...
Necrofilia infantil? con salvajismo...
Necrofilia infantil? cabezas de niños...
Necrofilia infantil? en las paredes?

Buscó fortuna en el inframundo.
Participó en malignos rituales.
La ofrenda al rey de los avernos:
el corazón de un infante asesinado.

¡Depravado, perverso? infanticida!

La mesa está servida para el banquete.
Grandes cobertores sobre los platillos.
Los miembros del club están impacientes
por descubrir lo que el chef ha cocinado.

Los meseros van entrando a la sala
y descubren uno a uno los potajes.

Un vaho hediondo invade el salón
pero nadie se aparta del lugar.
El banquete es una repugnante mezcla
de excrementos animales y de humanos.

El menú degustación tiene ocho tiempos.
Cada plato, un universo. Es la obra de un genio.

Reducción de heces a la marinara.
Lomo de cerdo en salsa de abono.
Caca en esferas con guiso de rabo.
Deconstrucción de cagarros silvestres.

Los comensales engullen con fruición,
apenas se detienen para respirar.
Las espumas y emulsiones saborean.
No queda sobra alguna en los platos.
El maridaje también es importante,
vino y champaña beben sin control.

Reinvención del burrito fecal:
masa de tortilla rellena de bosta.
El chef se ha superado nuevamente.
Los asistentes aprueban la innovación.

Las moscas zumban y luego lamen los restos fecales.

Consumir heces es muy adictivo.
A los baños acuden por más mierda.
Ellos paladean las deposiciones.
Nadie quiere que se acabe la fiesta.

Consumo goloso de evacuaciones.

El cuerpo humano no fue diseñado
para ingerir y nutrirse con caca.
La infección por tragar coliformes
puede llevar a la gente a la muerte.

Estas personas han desarrollado
resistencia a las bacterias fecales.
La evolución nos sorprende otra vez.
El Homo coprofagus habita la tierra.

Las sirenas
de emergencia
se encienden en la fábrica.

Alguien ha caído
dentro del horno
de fundición.

Los colegas
creen que fue
solo un suicidio.

Esa noche
alguien lo empujó
para vengarse.

La personalidad de un asesino en serie
comienza a formarse desde la niñez.
Las experiencias trágicas de su pasado
marcaron su conducta para siempre.

Nacido en medio de una cruenta guerra,
conoció los horrores de la hambruna,
la devastación de las bombas enemigas
y rumores sobre actos de canibalismo.

El mundo habría de conocer la crueldad
del carnicero de Rostov del Don.

Su primera víctima fue una niña de nueve años.
Con engaños la convenció para ir hasta su casa.

Aprovechando su condición de viajero
ubicaba a sus presas en las estaciones.
Las llevaba hasta el bosque más cercano
para dar rienda suelta a sus bajos instintos.

Los cuerpos eran brutalmente mutilados:
cabezas con ojos arrancados de las órbitas,
mordiscos en diversas zonas del cuerpo,
órganos internos removidos y masticados.

Fue interrogado por agentes.
Se mantuvo en silencio.
Con la ayuda de un psiquiatra
lograron que confiese.

Entre barrotes fue juzgado.
Determinaron su cordura.
Lo sentenciaron a morir
de un tiro en la cabeza.

Una familia entera desapareció misteriosamente.
La búsqueda de los cuerpos fue inútil.
En la morgue y hospitales no hubo suerte.

La verdad es que todos están muertos.
Padre, madre e hijo fueron torturados
por un hombre con sed de revancha.

Sin cuerpos no hay huellas.
Sin huellas no habrá culpable.

No fue nada complicado desaparecer los cadáveres.
Todo lo había planeado durante mucho tiempo.
Con paciencia consumió la carne de los difuntos.
Los huesos pulverizados se fueron por el drenaje.

En su lecho de muerte hizo una llamada
para confesar su macabro crimen.

No hubo signos de remordimiento.
Esta fue la historia que contó:

"Cuando era chico vinieron los soldados.
Nos llevaron a todos a la plaza.

A mi padre lo mató un oficial del ejército.
Nunca olvidaré esa cara.
Ese día juré vengarme.

Con una lampa maté a su hijo,
luego violé y asfixié a su esposa.
El oficial quería morirse,
pero yo lo mantuve con vida.

Sus últimos días fueron atroces.
Empalado con su rifle se desangró hasta morir".

There's nothing to gain
You've just been led.

The kill, after death, the kill!

The shit you were promised
means nothing
now you're dead.

The kill, after death, the kill!